13 jun 2009

Noche de junio


















Era una agradable noche de Junio. Sobre nuestras cabezas el cielo estrellado, la Luna creciente y allá a lo lejos las luces de Sevilla recortadas en el horizonte este. Habiamos recogido todas las cosas y echabamos todos en corrillo el último cigarro antes de volver a casa apoyados sobre el lateral de uno de los coches. Mientras los demás hablaban apoyaste tu cabeza sobre mi hombro e hiciste como que tenias sueño y dormias. Yo te dejé estar. Fueron solo un par de minutos pero me resulto agradable y tierno. Luego al cabo del rato volviste a hacerlo. Y luego fuí yo la que apoyé mi cabeza en tu hombro y dije tengo sueño e hice como que dormía. Entonces brevemente me acariciaste la cara con la otra mano; fue un gesto de varios segundos y rapidamente la retiraste, pero aquel gesto, que fue como acogiendome, como diciendo "si, ahi estas bien", me aceleró de golpe el corazón. Y ahora ese momento flota en mi memoria y vuelve a mi una y otra vez. Y cada vez que lo recuerdo siento que hubiera querido que dejaras tu mano sobre mi mejilla, haberme recostado contra tu cuerpo y haber permanecido así mientras los demas hablaban y hablaban. Pero estaban todos alli mismo y habia que guardar las formas, asi que me aparté, como tu antes. Todo no duró mas que un minuto o quizás menos. Pero el recuerdo perdura y perdura y se agarra a mi mente y a mi alma. Cuando llegamos a Sevilla, cada uno en su coche, yo me fui a dormir y tu fuiste a llevar a tu amigo a su casa. Y hoy me has contado que volviste a mi puerta a ver si me veias aún subiendo los trastos a mi casa, que volviste a echar el ultimo cigarro conmigo. Tal vez fué mejor que no me encontraras, fue mejor así, porque seguramente hubieramos perdido los dos la razón...

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