24 nov 2008

Juegas todos los dias con la luz del universo

Ha pasado un año ¡un año entero! desde que escribí esta carta-¿poema?. Afortunadamente el tiempo cura las heridas , pero aun así nunca se olvida del todo. Desafortunadamente tenemos también la capacidad de revivir sentimientos olvidados, y aunque sea fugazmente todo el dolor vuelve de golpe, luego se marcha, te deja en paz, pertenece al pasado y lo dejas ir.


Juegas todos los días con la luz del universo .
Así empieza un poema de Pablo Neruda.
Esta noche solo encuentro consuelo en este pequeño libro.
Consuelo porque veo todo mi dolor reflejado en esos poemas como en un espejo.
Alguien debió sentir alguna vez la misma clase de dolor que yo y eso me consuela,
tal vez inútilmente.
No me ha consolado la reunión de esta tarde con mi pequeño grupo,
me sentía allí como una extraña,
hoy yo como una extraña allí en medio de ellos, con la mente en otra parte
¿Para que iba yo a perseguirte por las calles si ya te veo allí tantas horas ?
no lo hice nunca, te lo aseguro.
Todo lo mas alguna vez te vi al salir yo a la calle y me quedé allí quieta
mirando como te alejabas.
Siempre, siempre te alejas en las tardes hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.
Estoy fumándome estos días todo el tabaco del próximo año.
Perdí la cita en el médico por escribir ese correo tan largo, cuando llegué ya se había marchado.
Vagué por la avenida, al menos la tibieza del sol me acompañaba
y la voz de una amiga al teléfono.
He llorado esta tarde. Nunca lo había hecho desde que te conocí.
La última vez que lloré también fue por amor.
Es inútil todo.
Amo lo que no tengo. Estas tu tan distante.
Tu mirada última fue distinta a las demás, estaba llena de confianza.
Es lo único que tengo, lo único que puedo llevarme.
Sin embargo me pregunto ¿que clase de sentimientos has tenido hacia mi?
Rebusco en tus palabras y solo encuentro que me has detestado, odiado incluso,
y esta tarde te has compadecido de mi.
Todo lo que jamás hubiera querido provocar en ti...
Ni siquiera la palabra amistad se pronunció jamas entre nosotros.
Que desconsuelo.
Solo tengo aquella mirada, no me la robes, no me la tiñas...
¿Existe algún adjetivo amable para mi?
¿jamas tuve nada extraordinario o admirable a tus ojos?
debo tener algo bueno que tu no adivinaste, pero debo tenerlo,
no me resigno a pensar que solo fui una mujer detestable.
¿Que clase de aire te he estado robando?
Yo solo quería ver contigo la salida de la luna.
Estoy llorando de nuevo, no se que hacer con lo que siento ahora
¿que puedo hacer?
Dejar pasar el tiempo, que largo el tiempo,
que largos los minutos y las horas,
quiero que sea ya la hora de haberte olvidado.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos. Se desviste la lluvia. Pasan huyendo los pájaros. El viento. El viento.
Querías saber que había en el fondo de tus ojos, en el fondo de tu alma.
Todo lo que había allí tiene la culpa de que yo ahora este así.
No debí haber mirado jamás en ellos, que imprudencia la mía,
todo se me fue de las manos...
Arrojé mi collar de rubíes a tus pies para que lo pisotearas.
Amé cada rincón de tu ser hasta extremos que no son decibles
¿Seguro que no eres mas que un poeta entre tantos otros?
A nadie te pareces desde que yo te amo.
No puedo soportar tu voz, es demasiado hermosa.
Su dulzura viaja al fondo de mi alma sin quererlo tu.
Temblé aquella tarde con tu mirada.
Quería atraparla, es cierto. La quería para siempre....
Quería enseñarte los secretos que guardan las estrellas.
Enseñarte el increíble espectáculo del otoño en la montaña.
Quería escuchar junto a ti el rumor de los arboles
Sentarme en silencio a tu lado mientras escribías versos o pintabas cielos.
Nada es posible.
Es un regalo que el mundo no ha forjado para mi.
Hubiera sido demasiado condescendiente el mundo entonces con mis anhelos.
No, mi vida está hecha ahora solo para sentir este dolor.
Todo lo ocupas tu, todo lo ocupas.
¿Que puedo hacer con lo que siento ahora?
Miro la noche, es de noche ahora, ni siquiera se ven estrellas desde mi ventana
que cruel la luz de las farolas que apaga las que son el único consuelo posible
Otro cigarro, que importa que vicie el aire que respiro
ni me doy cuenta de su mal, es demasiado insignificante frente al dolor que me aqueja
No se ni porqué me lamento
¿acaso no sabia desde siempre que eras de otra mujer?
¿acaso no sabia lo que podría tener? absoluta y tremendamente...nada
Era solo un sueño inalcanzable
Debí huir cuando aún estaba a tiempo
No se ni porque te he confesado todo, nunca quise hacerlo
era un secreto guardado celosamente bajo llave
Pero seguramente sea mejor así.
Ya se porque no te lo conté antes,
tenia miedo de escuchar lo que hoy he escuchado,
quería seguir soñando con lo que no sería mío nunca
Que ingenua pensar que podría ser suficiente con soñarlo
Hoy tu estas lejos como siempre, solo la noche oscura me acompaña
Pensando, enredando sombras en la profunda soledad. Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas.
No se cuanto tiempo llevo aquí escribiendo, es tarde
mi dolor se adormece con el sueño
voy a rendirme, necesito que me abrace la dulzura del cansancio.
Necesitaba tus abrazos, pero esos no son mios
de otra, son de otra,
Que tremendo e insoportable dolor el de hoy
El recuerdo de tus palabras sobre mi sigue sonando en mis oídos
que terrible saber lo que de mi has pensado
que terrible saber todo eso, peor, mucho peor, que esa carta tuya
Es hora de dormir, el sueño vence por fin el dolor,
el de hoy, no se si el de mañana...
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos.

16 de noviembre de 2007, 3:43 h

(Nota: todos los versos en cursiva son de Neruda)